Wittgenstein no deja títere con cabeza en su Tractatus. El arrebato es tan fuerte, que manda pa´l carajo hasta la última pizca de valor que aún pudiesen conservar la filosofía y la ciencia. Para él sólo queda la lógica y la mística. Pero, ¿un analítico hablando de mística? ¿Esa vaina sí es como rara, no? Bueno, rara o no, así es la vaina con Wittgenstein en su Tractatus.
Wittgenstein desbarata la filosofía, arguyendo lo siguiente:
1- La filosofía no posee referentes concretos de enunciación.
2- No tiene por tarea la solución de problemas legítimos.
3- Se encuentra invadida por el absurdo que arrastra la utilización de proposiciones contradictorias (vacías).
4- Es problemático que la filosofía se convierta en un generador de proposiciones metalingüísticas, cuyo papel sea el esclarecimiento lógico de las proposiciones genuinas, haciendo uso de tautologías y contradicciones.
5- La filosofía no da cuenta de nuestros problemas vitales.
Del mismo modo, despacha rapidito la ciencia, argumentando que:
2- Todas las leyes son absolutamente contingentes.
3- No existe necesidad ontológica, simplemente necesidad lógica.
4- El mundo es independiente de nuestra voluntad.
5- La realidad no tiene sentido, y si lo tiene reside fuera, en ella misma.
6- Al igual que la filosofía, la ciencia no da cuenta de nuestros problemas vitales.
La cosa es así de simple. En un par de paginitas, Wittgenstein acaba hasta con el nido de la perra. La expresión es muy popular, pero tiene sentido si se advierte que el autor, aún cuando parece caer en el escepticismo de Hume, termina yendo más lejos, agotando el escepticismo en cuanto tal. De tal suerte que todas las posibilidades de construir conocimiento, tanto positiva como negativamente, se cierran de modo definitivo. La ciencia no puede hacer otra cosa que describir, y la filosofía no sirve sino como escalera lógica metaproposicional, que tiramos con las patas cuando sabemos claro un enunciado.
De ahí que para Wittgenstein no quede sino la lógica, que es formalmente vacía, y la mística, que “no consiste en cómo es el mundo (esa pendejada se la dejamos a la ciencia) sino en qué sea”. La mística cubre el infinito espacio de lo inexpresable, y es justamente aquí donde está lo hijuemadre del problema, pues “de lo que no se puede hablar, hay que callar la boca”.
Bibliografía y notas
Wittgenstein, Ludwig. Tractatus logico-philosophicus.
Pesimamente escrito, vocabulario basiquísimo y cero seriedad para con el autor! Dónde está la mística? no explicas nada de las tesis de Wittgenstein. Una muy escueta reseña!
ResponderEliminarTiene toda la razón, es muy mala... Fue un "trabajo" que presenté hace años en la universidad... No sé qué estaba pensando :v
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