domingo, 15 de mayo de 2011

ORLANDO FALS BORDA: PERFIL BIOGRÁFICO


Orlando Fals Borda es el “primer” sociólogo colombiano.

La palabra “primer”, ciertamente, ha de entenderse de la manera más amplia posible. Asociando primer -o primero- a principio, y entendiendo principio en sus tres sentidos propios: origen, permanencia y finalidad; de tal modo se hace manifiesta esta afirmación. En efecto, porque Fals Borda es principio de la sociología colombiana, como origen, en lo que a su génesis histórica y disciplinar respecta (fundación); principio, entendido como permanencia, pues su trabajo representa, y en él permanece, la sustancia del trabajo teórico, pero sobre todo participativo y comprometido del quehacer sociológico nacional; y principio, en lo que a la finalidad corresponde, en la medida en que una gran parte de los más importantes trabajos correspondientes a la segunda mitad del siglo pasado, guardaron estrecha relación con su figura y su obra; en la medida en que su legado -personal y teórico- dirige el curso de nuevas reflexiones, y sobre todo, porque hacia él apuntan, teleológicamente, las más diversas investigaciones en el extenso y complejo campo de las Humanidades y de las Ciencias Sociales.

Bien visto el asunto, se reconoce que dicha aseveración no es una simple frase escrita con vacua futilidad apologética; se trata, más bien, de una afirmación en sentido estricto. No de una mera afirmación discursiva, sino de una afirmación histórica. Veamos brevemente por qué.

Orlando Fals Borda nació en Barranquilla el 11 de julio de 1925 y fue el mayor de seis hermanos. Hijo de padres costeños -su madre de ascendencia bogotana,  y nieto de abuelas momposinas, Orlando guardó gusto desde muy pequeño por los relatos, los bailes y la música. Asimismo, participó en la Iglesia Presbiteriana de su ciudad, a la que su familia pertenecía. Estos dos rasgos de su niñez e incipiente juventud son importantes, entre otras cosas, porque serán antecedentes profundos del “sabor” dialogal y literario de su obra, y de la capacidad organizativa y participante de su vida intelectual. 

De joven, destacó por sus habilidades literarias y humanísticas en la secundaria del Colegio Americano de Barranquilla. Allí comenzó a brotar en él un vivo interés por los libros, la escritura, las descripciones y la historia, entre otras aficiones. Fue al final de esta época en que realizó su primer trabajo formal, una novela corta de tres capítulos titulada El Hijo de Bolívar. También para esta época despertó un inusitado interés por la clase humilde, al tomar parte de manera comprometida en los trabajos sociales de la Iglesia, y congraciar con algunos compañeros menos favorecidos socialmente. Del mismo modo, surgió en el joven Orlando un fuerte sentimiento hacia la libertad y la independencia, siendo así que terminado el bachillerato, decidió partir hacia el extranjero para adelantar estudios literarios.

A finales de la década de los cuarenta, parte hacia los Estados Unidos. Este viaje de juventud representó el comienzo de una nueva y provechosa etapa de su vida, que, no obstante, contrastó con la partida de su tierra y el dejo de su gente y sus amigos, algunos de ellos destacados personajes: los escritores Gabriel García Márquez y Álvaro Cepeda Zamudio, el pintor Alejandro Obregón y el músico Luis Biava.

Ya radicado en Norteamérica, conoció un mundo bien distinto al de su cálida Costa; una sociedad fuertemente modernizada y fríamente urbanizada. Fue en este ambiente en el que nacieron sus primeros trabajos serios de investigación sociológica. El primero, Campesinos de los Andes (1955), presentado en la Universidad de Minnesota como proyecto para obtener su título de maestría; el segundo, El hombre y la Tierra en Boyacá (1957), presentado en la Universidad de Florida para obtener su título de doctor. En estos trabajos se presenta de manera ordenada una visión sistemática de los principales problemas sociales del campesinado cundiboyacense. Es aquí donde la crítica de los problemas socialmente significativos sale a la luz, por cuanto se proyecta una reflexión sobre las relaciones entre economía y sociedad propias de los principales escenarios culturales y geográficos de los campesinos, y se estudian los movimientos e implicaciones políticas que, a través de la historia, han tocado al pueblo andino. Según el mismo Fals Borda, el tratamiento de estos temas fue más de carácter descriptivo e históricamente valorativo, dado que, bajo la influencia del estructuralismo funcionalista norteamericano, la intención fue, ante todo, fijar la observación sobre ciertos puntos problemáticos que era necesario ir aclarando.

En estas dos obras, Fals Borda comienza a dibujar su perspectiva sobre las cuestiones agrarias, recurrentes a lo largo de toda su carrera. Estudia detalladamente los principales problemas de la tierra en algunas regiones, sus causas, y hasta proféticamente, sus consecuencias. Aunque ciertamente estos temas van a ser tratados con mayor rigurosidad años después, el asunto es importante en la medida en que sólo a través del amplio y bien merecido éxito académico de sus trabajos, Orlando logra dar inicio a un nuevo periodo de su vida.

Al poco tiempo de publicados y conocidos sus dos éxitos sociológicos, Fals Borda es invitado a tomar parte en la dirección del Ministerio de Agricultura. Su labor allí fue notoria, tanto así que gracias a su figura, en el gobierno se despertó un interés peculiar por las cuestiones agrarias del país que tanta atención requerían. En esas circunstancias, Fals Borda se entregó a la tarea de formular una propuesta política de Reforma Agraria (ley 135 de 1961), siendo uno de sus más asiduos impulsores. En este mismo contexto, debido a la tendencia nacionalmente generalizada de examinar los temas de coyuntura del momento, Orlando Fals Borda fue encargado para fundar una nueva facultad de estudios en la Universidad Nacional de Colombia: fue la Facultad de Sociología, de la cual fue decano y director durante varios años. Asimismo, durante este tiempo se vinculó políticamente con la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), organización que ayudó a formar y de la que participó en calidad de militante e investigador. Sin duda que Fals Borda fue un personaje de una importancia suma para la realidad política y educativa de aquella época; eso lo demuestra su admirable manera de alternar como funcionario público, académico y actor social.

La primera mitad de la década de los sesenta fue una época brillante para la academia colombiana y los movimientos sociales por ella representados. Prueba de esto fue la solidez lograda por la Universidad Nacional, donde se gestó un movimiento intelectual y político con características críticas y progresistas muy notables. Fals Borda representaba este momento, y como muestra lanzó, en 1962, un valioso trabajo de sociología en conjunto con Germán Guzmán y Eduardo Umaña Luna titulado La Violencia en Colombia (1962). Este texto sería representativo, si se tiene en cuenta que, respondiendo a la difícil situación social por la que atravesaba el país, Fals Borda puso el énfasis en su historia política, mostrando de qué manera la organización de sus estructuras fundamentales, ha propiciado un profundo conflicto en la sociedad, estimulado por la manipulación de algunos aspectos dominantes de la cultura, para sostener la hegemonía de la clase dirigente tradicional y favorecer sus interés económicos.

Este lustro fue definitivamente interesante, y en él se realizaron incursiones y experimentos sociales de todo tipo: el auge del movimiento académico y estudiantil en la Universidad, la creación del Frente Unido de Camilo Torres, la dinámica de numerosas organizaciones de base, y la aparición de publicaciones críticas y espacios de divulgación intelectual en los que Fals Borda siempre participó sobresalientemente.

Pero la historia cambiaría, como siempre es sabido que anda en movimiento, y las condiciones de toda una generación se transformarían radicalmente. A partir del segundo lustro de los sesentas, una serie de fenómenos cercanos a la vida de Fals Borda lograrían mudarla. El cambio más profundo fue su salida de la Universidad Nacional; el abandono de la academia. Es extraño cuando se revisa, pero la salida de la Nacional por parte del profe Orlando, puede entenderse bien como causa o como consecuencia. Como consecuencia, si se recuerda que la decisión de salir de la Nacional fue determinada por factores contundentes como la rutina de la actividad académica, la dura situación política generada por cuenta de la violencia bipartidista, la apreciación de un izquierda en crisis, dogmática y radicalmente cerrada y los ejemplos “praxiológicos” de personajes como su compañero Camilo; pero a la vez como causa, si se tiene en cuenta que una nueva época en la vida social e investigativa de Fals Borda, y una nueva era para la sociología colombiana y mundial, estaban por llegar debido a su salida de la Universidad.

En efecto, la década que abarcó desde mediados de los sesenta, a mediados de los setenta, significó una época de cambios, de experimentos, de necesidades, en fin, un tiempo distinto. Inspirado por un estudio más consciente del marxismo, y por el ejemplo práctico de muchos de sus colegas, el profesor Orlando decidió dejar su facultad y dedicarse a realizar trabajos sociológicos, comprometido con las comunidades obreras y campesinas de Colombia, y en general, de toda Latinoamérica. Fue así que empezó a desarrollar, pero sobre todo a aplicar, el método de “Investigación Activa”, con el cual se pretendía involucrar directamente a las comunidades en el ejercicio científico necesario para transformar sus condiciones de vida. Guiado por esta metodología, que se constituyó como el antecedente más próximo de su gran logro académico, la Investigación Acción Participativa (IAP), Fals Borda publicó en esta década una serie de trabajos muy significativos, que hoy día se tienen como pilares fundamentales de la sociología colombiana y latinoamericana: La Subversión en Colombia (1967), Subversión y Cambio Social (1968), Las Revoluciones Inconclusas de América Latina (1968), Ciencia Propia y Colonialismo Intelectual (1970), El Reformismo por Dentro de América Latina (1971), Capitalismo, Hacienda y Poblamiento en la Costa Atlántica (1973  y 1976), e Historia de la Cuestión Agraria en Colombia (1975), entre otros.

Como se ha dicho, uno de los grandes logros de Fals Borda fue la fundamentación e implementación de la IAP como método de las Ciencias Sociales. En consecuencia, la siguiente década de su vida la dedicará de manera casi exclusiva a mejorar la organización del método, asistiendo a trabajar práctica y políticamente con la gente, y a concebir lo que él mismo y muchos otros han considerado como la obra más grande de su vida: Historia Doble de la Costa (1976 a 1988). Este gran trabajo, consistente en cuatro volúmenes, fue concebido esforzadamente a lo largo de un periodo de trabajo interrumpido de doce años. En él se exponen las líneas más claras de su percepción metodológica y sus concepciones más profundas sobre la realidad política y económica de la región. El libro, nacido según Fals Borda más como una obra de carácter colectivo, debido a la metodología participativa utilizada, que como una creación individual, tuvo como condición innumerables viajes, recorridos, entrevistas y luchas. La Historia Doble de la Costa, doble por su estructura textual en dos columnas y a dos voces (una popular y otra más técnica), es el lugar donde lo más elevado de su pluma, literariamente hablando, encuentra todo su esplendor.

Culminado este arduo esfuerzo, Orlando Fals Borda consideró que el grueso de su trabajo ya estaba realizado, por lo que decidió llevar a cabo labores sociales e investigativas de la más diversa índole. En lo sucesivo, se encargaría de simpatizar con el brazo político del M-19, y dadas las condiciones para la Asamblea Nacional, participar en la Constituyente como representante del movimiento, destacando sobretodo en las cuestiones agrarias, culturales y territoriales. En este sentido, cabe señalar que Fals Borda preparó la propuesta de un nuevo orden territorial y político junto a sus compañeros de la Comisión de Ordenamiento Territorial (COT)- de la cual fue director, durante los años 1991 a 1993. La propuesta aunque seria, relevante y para algunos estudiosos del tema, necesaria, no tuvo lugar en las justas burocráticas del país y aún sigue archivada a la espera de ser revisada.  
           
Dentro de sus tareas varias, Fals Borda sobresalió como agente activo de importantes organizaciones sociales, políticas y gubernamentales: consultor de la  Organización de Estados Americanos (OEA); director general del Ministerio de Agricultura; fundador de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia; delegatario a la Asamblea Nacional Constituyente; presidente del Consejo de Educación de Adultos de América Latina- en remplazo de Paulo Freire- (CEAAL); director de investigaciones en el Instituto de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social; dirigente del Frente Social y Político; presidente de la Alianza Democrática y, posteriormente, presidente honorario del Polo Democrático Alternativo (PDA); fundador y miembro directivo de la revista Alternativa y de la revista CEPA; miembro de la Fundación para el Análisis de la Realidad Colombiana (FUNDARCO); fundador del Centro Estratégico de Pensamiento Alternativo (CEPA) y del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), etc.

En sus últimos años de vida, tuvo una brillante carrera en el ámbito periodístico y académico, participando críticamente de la realidad colombiana desde la prensa (principalmente), asistiendo a múltiples escenarios estudiantiles, y realizando trabajos investigativos (muchos de ellos en conjunto), buscando pulir sus reflexiones metodológicas estructurales.

Murió el 12 de agosto del 2008 en la ciudad de Bogotá, a la edad de 83 años. Sin duda uno de los personajes más importantes para la historia colombiana del siglo XX, y una de sus mentes más brillantes y sensatas. Sin lugar a dudas, el “primer” sociólogo del país.


Bibliografía

Cataño, G... [et al.]. Ciencia y compromiso: en torno a la obra de Orlando Fals Borda. Bogotá: Asociación Colombiana de Sociología, 1987.  

Cubides, H. Orlando Fals Borda: El permanente compromiso de un innovador. (1995) Documento disponible en:

Herrera, M. Orlando Fals Borda. (2004) Documento disponible en:
http://www.lablaa.org/blaavirtual/biografias/falsorla.htm   



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