viernes, 13 de mayo de 2011

NIETZSCHE: EL VERDADERO ORIGEN DE LA MORAL



En el Tratado Primero de su Genealogía de la moral, titulado “Bueno” y “malvado”, “bueno” y “malo”, Nietzsche realiza una interesante reflexión en torno al problema del verdadero origen de la moral. Para ello recurre inicialmente a la figura de los psicólogos ingleses, mostrando cómo ellos intentaron llevar a cabo una historia genética de la moral. Desde su punto de vista, esos “microscopistas del alma” fracasaron en el intento, fundamentalmente, por querer "sacar a primer término la parte vergonzosa de nuestro mundo interior y buscar lo propiamente operante, lo normativo, lo decisivo para el desarrollo” “(2006)”. Lo que Nietzsche reprocha en este caso, es la manera a-histórica y evidentemente moral en que la ciencia ha pretendido eliminar, de toda genealogía de los valores, el papel de los instintos y de las disposiciones humanas más profundas. De tal suerte que para el filósofo sea inadecuado pensar un estudio de este tipo, como el resultado de una situación en la cual las acciones no egoístas, reconocidas utilitariamente como buenas por los tributados, se van acomodando al hábito hasta ser olvidadas como acciones de alabanza.   

Por el contrario, la tesis de La genealogía dista mucho del contrasentido expuesto por científicos como Herbert Spencer. Nietzsche considera que es históricamente insostenible la posibilidad de olvidar la utilidad de las acciones no egoístas, pues como se hace evidente, dicha utilidad nunca ha dejado de existir. Entonces, más allá de pensar que “ese origen de la alabanza se olvidó”, el alemán postula la idea según la cual cierta supremacía espiritual permitió que “los buenos mismos, es decir, los nobles, los poderosos, los hombres de posición superior y elevados sentimientos… se arrogaran el derecho de crear valores, de acuñar nombres de valores” “(2006)”. Así pues, en esta perspectiva ya no cobra tanta importancia la utilidad como la voluntad, y es la cuestión del poder la que se desplaza al centro del asunto. Pues como se ha venido indicando, “el juicio “bueno” no procede de aquellos a quienes se dispensa bondad, sino que es producto del duradero y dominante sentimiento global y radical de una especie superior dominadora en su relación con una especie inferior” “(2006)”.


De esta manera se hace manifiesta la posibilidad de concebir otra historia sobre el verdadero nacimiento del lenguaje, de la moral, del derecho, y en última instancia, del poder. De ahí que el giro genealógico efectuado por Nietzsche, se constituya como el punto de partida para elaborar una crítica radical de la moralidad, sustentada al margen de los imperativos y los imaginarios de una civilización enferma y agotada. La apuesta será, finalmente, comenzar a recorrer el camino de la transvaloración… el sendero del Zaratustra.



Bibliografía y notas  

Nietzsche, Friedrich. La genealogía de la moral. Madrid: Alianza Editorial, 2006.









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